BABEROS

Parece una tontería ¿verdad? ¿Qué secretos puede tener un babero? ¿Qué información útil puedo dar a una futura madre novata que no sepa de antemano? Pues algo hay o, al menos, eso creo yo. Porque cuando se tienen tantos baberos, al final una aprende a catalogarlos y usarlos en las situaciones correctas.





De primeras, yo pensaba que solo los iba a usar para las comidas, pero amigas..  por algo se llaman ba-be-ros. Cuando a los niños les va a salir algún diente babean de una manera descontrolada, como siempre yo de eso no tenía ni idea (parda, parda). Más adelante dedicaré un post exclusivo sobre los dientes y sus efectos secundarios, pero por ahora me centro en el tema.

¡Atención, atención! Después de los hits "tipos de cacas" y "tipos de chupetes"  llega directamente a su domicilio...

Quiero aprovechar este post para hablaros de mi última adquisición baberil, en realidad ha sido a modo de trueque, un dibujo a cambio de esta maravilla maravillosa:

Podéis mirar los productos de Papilla de Fruta en su blog o su página de facebook. Las que estéis en Barcelona este domingo día 30 estáis de suerte porque, si os pasáis por la feria de artesanía  l´Aparador, allí encontraréis a Cristina con sus productos. Si compráis algo, recordad pedirle esta pegatina de bebé molón a bordo.

MI BARBA YA NO TIENE TRES PELOS

Las cosas claras, N nunca ha sido de melena abundante. Vamos, que se le veía el cartón. Nos ha costado diez meses y un rapado, poder dar este notición:

EL FLOTADOR Y LA POTA

¡Ya estoy de vuelta a la vida humana! Estas vacaciones he aprendido un par de cosillas, os cuento:

El Padre Novato y yo somos unos hijos bueníiiisimos, por eso decidimos compartir a N con sus abuelos durante estos días de jolgorio y ya de paso, poder escurrir el bulto y dormir mucho. ¡Qué vivan los abuelos! Benditos sean por siempre jamás.

La primera semana de vacaciones estuvimos con mis padres, en el apartamento que tienen mis tíos  en la playa (tío, que bien se está en tu casa). Mis padres siempre han dicho que los flotadores son peligrosísimos y con esa lección he crecido. Al llegar a la playa, todos los niños de la edad de N iban con unos flotadores megafardones, pero las palabras de mis padres estaban grabadas a fuego en mis entrañas, yo no me bajaba del burro y  me metía en la playa con la niña agarrada como un monete. Pero ay..  la vida siempre nos sorprende, y te ves a ti misma probando el flotador del sobrino de una amiga de tu madre, con bendición paterna incluida. Esa misma tarde, N ya tenía su propio flotador.

En mi defensa diré, que los flotadores de ahora no son como los de antes. Un buen día un diseñador tuvo un momento de clarividencia y decidió poner tres roscas, respaldo y una braguita colgandera al flotador común, y así nació..

Si mi amiga Laura recomienda el trona-flotador, por algo será.


Más tarde fuimos una semana con los otros abuelos, a la montaña. Mi lección de esos días llegó a la media hora de salir de Madrid. Mis suegros querían partir con la fresca, por lo que la niña estaba en el coche recién desayunada. A fin de cuentas, la llevo prácticamente todos los días en coche y nunca pasa nada, pero el tipo de trayecto es importante.. rotonda, curva, rotonda, rotonda, curva, recta, rotonda, curva, rotonda… ¡premio!