Los bebés son muy monos, pero los niños molan más, al menos eso pienso yo. No hay nada más guay que poder mantener una conversación con tu pichón, porque siempre nos sorprenden. N por ejemplo se inventa palabras (de casta le viene al galgo, yo de pequeña llamaba "alurías" a los berberechos).
Queridos académicos de la RAE, agárrense los machos que vienen curvas: